5 de enero de 2008

Año nuevo, preoyecto de vida nuevo.

Hace un tiempo se me dio por escribir ideas y regalarlas. La apertura del año, que comienza un ciclo y cierra otro que para mí no fue de lo mejor, es una excusa para seguir con esta práctica un poco estéril, pero que me place.
Van entonces estas ocurrencias para mis amistades, tanto de la realidad virtual como de la realidad real, y que me valga la redundancia. Ya sé que no son la gran cosa, así que ahorrense esa reflixión cuando terminen de leerlo... "carajo mierda", diría la Mirta.


Pura ambición quizá, desear un año feliz;
puro pesismismo quizá, no desearlo.

Parecen planos estos días:
sin muchas emociones,
sin muchos altibajos.
Pero el ciclo cerrado del 31
abre vagamente la esperanza del 1º.

Que vayan entonces mis deseos
de un año como la gente,
aunque el pobrerío siga siendo pobre,
aunque el rico sea aún más rico.

Y como fluye, todo fluye,
que la idea te lleve a la práctica, si sos idelaista;
que la práctica te enseñe, si sos materialista...

Y si en este año irónicamente
se termina de caer el mundo,
que estés parado vos,
entre los escombros,
brillando,
dándome esperanza.
Avisame.
Te presto el hombro.

Mustafá Hernández.

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Soy del torito de mataderoS